¿Es verdad que las legumbres aumentan la inflamación? Descubre lo que dice la evidencia científica

En los últimos años, un buen número divulgadores en nutrición ha extendido el mensaje de que las legumbres promueven la permeabilidad intestinal e inflamación por contener lectinas y otros “antinutrientes”. Estos “expertos” señalan que los individuos con enfermedades autoinmunes, de naturaleza inflamatoria, deberían evitar el consumo de legumbres y en su lugar comer alimentos como el huevo o la carne . Sin embargo, ¿Se ha demostrado en estudios científicos en humanos que las legumbres aumentan la inflamación? ¿Cuál es el impacto que tiene el consumo de legumbres en los niveles de inflamación en comparación con los alimentos de origen animal, como la carne?

Lectinas e inflamación en estudios en animales

Las lectinas son un conjunto de proteínas que se encuentran en diferentes concentraciones en los alimentos de origen vegetal, siendo las legumbres y los cereales integrales los que presentan las mayores concentraciones1. En estudios en células y en roedores, la administración de lectinas aisladas conduce a un incremento en vías relacionadas con la inflamación, activación del inflamosoma NLRP3 y consecuente aumento en la secreción de citoquinas como la IL-B1. Sin embargo, esto no significa que el consumo de legumbres, en humanos, vaya a conducir a un incremento en la inflamación. Los estudios en células y en animales, pueden servir como punto de partida para formular hipótesis, pero en sí mismo no son evidencia científica y no deberíamos basarnos en ellos para tomar decisiones clínicas, dado que los efectos observados son, en un gran porcentaje de ocasiones, distintos a los que ocurren en los humanos. Además, en tales estudios en animales se emplean lectinas aisladas, cuyos efectos son distintos de las legumbres, las cuales, aparte de contener lectinas, contienen otros tipos de proteínas, ácidos grasos, fitoquímicos y carbohidratos de diferentes tipos como el almidón resistente2. Por tanto, para determinar cuál es el impacto de las legumbres en la inflamación, tenemos basarnos en estudios en humanos que hayan comparado el efecto de su consumo en los parámetros de inflamación en comparación con otros alimentos.

Consumo de legumbres y niveles de inflamación en humanos

En un estudio randomizado controlado se evaluó el impacto de consumir durante 12 semanas un menú que incluía 980 g a la semana (140g/día) de lentejas verdes cocidas en comparación con un menú sin lentejas que contenía en su lugar alimentos de origen animal como pollo y pavo. En comparación con el menú sin lentejas, el menú con lentejas condujo a una disminución en la inflamación posprandial, concretamente descenso de las citoquinas IL-1B e Il-173.


En individuos con obesidad, la adopción de una dieta hipocalórica que incluía 4 raciones (160-235 g cada una) semanales de legumbres (garbanzos, lentejas, alubias, guisante) condujo a una disminución en los niveles de proteína C reactiva (PCR) y complemento C3, indicativo de menor inflamación sistémica, en comparación con una dieta hipocalórica en se tomaban las legumbres se sustituían por alimentos de origen animal4. De forma similar, en un estudio con sujetos con diabetes tipo 2, la sustitución de la carne roja por legumbres redujo los niveles de PCR y citoquinas inflamatorias, en concreto IL-6 y TNF-alpha5. La soja también ha demostrado conducir a una reducción de PCR en comparación con proteína animal en sujetos con nefropatía y diabetes tipo 26. En mujeres con síndrome metabólico, el consumo de habas de soja en comparación con carne roja disminuyó los niveles de PCR y también de la citoquina proinflamatoria Il-187.


En comparación con alimentos vegetales no integrales como el pan blanco, el consumo de legumbres conduce a un aumento en los niveles de ácidos grasos de cadena corta antiinflamatorios (isobutirato y propionato) producidos por las bacterias de la microbiota intestinal, en correlación con una disminución en los niveles de citoquinas inflamatorias (ll-6 e Il-8)8.


En estudios de cohorte, el mayor consumo de legumbres se asocia con menores niveles de marcadores de inflamación intestinal, mientras que el mayor consumo de alimentos de origen animal, alimentos ultraprocesados y alcohol se asocia con mayores niveles9.


Por tanto, los resultados de estos estudios nos muestran que las legumbres no aumentan la inflamación, sino que la reducen la inflamación en comparación con los alimentos de origen animal.

La inflamación no es lo mismo que la distensión abdominal

La inflamación es una respuesta mediada por el sistema inmune que se desencadena como respuesta de defensa ante un daño (virus, bacterias, traumatismos, cáncer, obesidad, ciertos alimentos, etc.).La inflamación de carácter agudo, como la que sucede tras un traumatismo, se manifiesta con dolor, enrojecimiento, calor e hinchazón. La inflamación crónica de bajo grado, causada por los inadecuados hábitos de vida y alimentación, se puede manifestar con dolor, pero no conduce normalmente a hinchazón, enrojecimiento y calor.


Muchas personas piensan que las legumbres son inflamatorias porque, cuando las consumen, su abdomen experimenta hinchazón y/o distensión. La hinchazón es la sensación de tener gases atrapados, sin aumento del perímetro abdominal, mientras que la distensión es lo mismo pero con aumento del perímetro abdominal10. La hinchazón ocurre por la acumulación de gases, y la distensión abdominal por la acumulación de gases y/o inadecuada acomodación del diafragma10. Por tanto, la hinchazón y distensión posprandial que algunas personas experimentan tras comer legumbres no se debe a un aumento en la inflamación sino más bien a los gases.


Acumular cierta cantidad de gases tras consumir comidas ricas en fibra como las legumbres es normal. Cuando se produce una acumulación de gases excesiva, caracterizada por marcado incremento en la distensión abdominal y malestar postprandial, es habitualmente porque existe disbiosis intestinal inducida, precisamente, por no comer habitualmente legumbres y otros alimentos ricos en fibra11,12. El consumo de alimentos vegetales integrales aumenta la abundancia de bacterias “especialistas” en degradar la fibra y polifenoles, como Roseburia Hominis, Prevotella y Faecalibacterium prausnitzii, produciendo en consecuencia metabolitos de polifenoles y ácidos grasos de cadena corta que refuerzan la barrera intestinal y reducen la inflamación11. Sin embargo, una dieta animal conduce a una disminución en estos metabolitos y aumenta la abundancia de bacterias proinflamatorias, como Bilophila Wadsworthia, especializada en metabolizar el azufre y producir sulfuro de hidrógeno, el cual induce daño e inflamación intestinal11,12. Así pues, si nuestra dieta es no incluye apenas legumbres y se basa fundamentalmente en alimentos de origen animal, tendremos una microbiota intestinal más proinflamatoria, que no está acostumbrada a degradar la fibra11,13,14. Por tanto, cuando se consuman legumbres, se experimentará un exceso de gases y molestias. A medida que se vayan introduciendo gradualmente las legumbres en la dieta y se disminuya o elimine la de alimentos de origen animal, la composición de la microbiota irá cambiando poco a poco, incrementando la abundancia de bacterias antiinflamatorias degradadoras de la fibra. De esa forma, se pasará de un estado de disbiosis a uno de eubiosis. En la fase de transición es normal que se experimenten más gases y molestias, pero a medida que la microbiota se restablece estás irán desapareciendo.

Puntos clave

  • Las lectinas aisladas tiene efectos inflamatorios en algunos estudios en roedores. Las lectinas asiladas no es lo mismo que las legumbres, que contienen muchos otros compuestos aparte de lectinas, actuando todos ellos en sinergia. Además, los efectos observados en roedores no tienen por qué ocurrir en humanos.
  • En estudios en humanos, el consumo de legumbres en lugar de alimentos de origen animal ha demostrado conducir a una disminución en los niveles de inflamación.
  • Las legumbres pueden conducir a una acumulación de gases excesiva, manifestada por hinchazón y/o distensión abdominal, si existe disbiosis intestinal inducida por no comer suficiente fibra y presentar un alto consumo de alimentos de origen animal. La solución al problema es ir incrementando gradualmente el consumo de legumbres, paralelo a la disminución de alimentos animales, para que así las bacterias proinflamatorias de la microbiota intestinal vayan disminuyendo y aumenten las bacterias degradadoras de la fibra con efectos antinflamatorias. De esa forma las molestias irán desapareciendo poco a poco.

Referencias


1. Gong T, Wang X, Yang Y, et al. Plant Lectins Activate the NLRP3 Inflammasome To Promote Inflammatory Disorders. J Immunol Baltim Md 1950. 2017;198(5):2082-2092. doi:10.4049/jimmunol.1600145

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